Pausa
¿Qué práctica te hace sentir especialmente conectado con Dios? ¿Escribir tus oraciones? ¿Cantando en adoración? ¿Estar al aire libre? ¿Ministrar a un prójimo? Si es algo que puedes hacer ahora, ¡hazlo! Si no, planifique y póngalo en su calendario para priorizar hacerlo más tarde.
A medida que nos inclinamos hacia esta temporada de oración y ayuno, es importante saber que no todos somos creados de la misma manera. Además de la lectura de la Biblia, la oración y la adoración, conócete a ti mismo y descubre qué otras prácticas te ayudan a conectarte mejor con Dios.
Al hacer una pausa y orar sobre su tiempo de lectura y reflexión hoy, pídale al Espíritu Santo que lo ayude a identificar prácticas que podrían mejorar su relación única con Él.
Restablece
Mateo 5:27-32 (NVI)
Ustedes han oído que se dijo: “No cometas adulterio”. Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón. 29 Por tanto, si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él sea arrojado al infierno. Y, si tu mano derecha te hace pecar, córtatela y arrójala. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él vaya al infierno.
Se ha dicho: “El que repudia a su esposa debe darle un certificado de divorcio”. Pero yo les digo que, excepto en caso de inmoralidad sexual, todo el que se divorcia de su esposa la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la divorciada comete adulterio también.
CAMINA CON DIOS
A medida que Jesús continúa enseñando a través de un conjunto de leyes, leyes que no logramos vivir perfectamente, pero que Él vino a vivir perfectamente para nosotros, ¿qué te llama la atención?
Jesús nos hace saber, a través de algunos ejemplos fuertes, que no solo pecamos a través de nuestras acciones, sino también a través de nuestros pensamientos. Puede que no seas alguien que está asesinando personas o en una relación adúltera, pero ¿qué pasa con tus pensamientos? Tómese un tiempo para evaluar cualquier sentimiento de ira, lujuria o juicio hacia los demás. Invita a Dios a esos pensamientos.
En general, este pasaje del Sermón del Monte nos recuerda que el pecado no debe manejarse a la ligera, sino que debe tomarse en serio. Al invitar a Dios a este momento, arrepiéntete cuando Él resalte algo. Recuerda, Su Espíritu Santo está aquí para ayudarte. Da la bienvenida a Su guía durante todo el día. ¡Él está contigo!